27 abril 2011

JJFF 2011

Queridos virtual-friends:
Hoy ha sido un día estresante como el que más. Pero también es cierto que he disfrutado un monton, he tenido una sorpresilla y lo mas importante: La obra de teatro ha salido bien.
Por cierto...¡He ganado el segundo premio en prosa!

Bueno, le prometí a una personita especial que pondría el poema y la prosa de los JJFF de este año.
Poema. 
Pseudònim: Sauron
Premi a que opta: Viola
Títol: Fils d'humanitat



Sentits inconscientment alerta,
Mirada canviant,
Posat intranquil,
Desitjant no ser descoberta.

Ferotges ones colpejant,
Un mar serè pertorbant.

Vent que les fulles fa arrossegar,
Camins d’imatges,
Ombres inquietes,
Sons que l’aconsegueixen espantar.

Portes que es van tancant,
En un full blanc dibuixant.

Veus angunioses borbollejant
Passos errants
Vocable pronunciat
Infortunes rialles recordant.

Fileres de persones avançant                             Fileres de persones avançant

Cap a un nou món caminant.                               Cap a un nou món caminant.
                                                                                   Que els ajudarà a sortir
La nit deixa pas al son                                            del trèmul passeig de la nit.
Nova esperança sorgirà
I d’ella en beurà
Aferrant-se al pètal groc.

Que l’ajudarà a sortir
Del trèmul passeig de la nit.

L’oblit d’un somni interpretat
El pecat d’un record en secret
Res té a veure amb la foscor
D’aquelles nits sens felicitat.

Ferotges ones colpejant
El mar serè pertorbant.
Portes que es van tancant
En un full blanc dibuixant.

Prosa:
Premi a que opta: Prosa. (Guanyador del segon premi)
Titol: Travessies perilloses

La gent continuava mirant-la. Alguns amb por, altres amb menyspreu. Ningú pronunciava paraula.
Ella semblava no adonar-se’n. Convivia amb el seu dolor en una espiral enfonsada dins seu.
Una barrera invisible separava els curiosos espectadors de l’escena real. Clar que també els separava una cinta groga que rodejava les restes del cotxe, al qual ja no quedava més que cendra, trossos de plàstic i goma cremada, que desprenien una olor putrefacta.
A l’horitzó, començava a entreveure’s una fina línea brillant que deparava un llarg i intens dia de calor estival.
No obstant això, una suor freda que s’enganxava al clatell de la Montse, li produïa continus calfreds.
Davant seu, com una nina de porcellana trencada, estirada al terra en posició inhumana, restava el cadàver de la seva filla, l’Elizabeth.
Les llàgrimes de la Montse queien sobre la cara de la noia, i netejaven la sang enganxada sobre les seves galtes.
Els seus cabells rossos s’arremolinaven entortolligats sobre el gastat asfalt de la carretera.
Després de veure com el cotxe explotava en flames, mentre la seguia amb el seu cotxe, d’haver-la tret amb gran esforç de l’automòbil calzinat,  se sentia com un ocell sense ales, com un peix sense mar, ofegant-se en el record de les últimes paraules que li havia dit: << Elizabeth, para’t un moment, pensa que el teu pare i jo ja no ens estimem de la mateixa manera, entén que no puguem viure junts, sisplau.>>
I havia fugit amb el cotxe lluny, mes lluny del que s’hauria esperat mai.


Como pie de entrada, os digo que no dejéis nunca de luchar por un sueño, porque tarde o temprano llegará.

23 abril 2011

¡Oh, Día esperado!

¡Hola queridos virtual-friends!

Hoy es un día muy especial ¿ sabéis? Si, claro que lo sabéis. Hoy, 23 de abril es san Jordi ( felicidades a todos los susodichos) y...El Día del Libro!
Ese día que todos los escritores esperan, el día en que conmemoran la faena que ellos hacen ( y yo aré, en un futuro) ,aunque faena no sea la palabra mas adecuada.
Bien, tengo unas cuantas cosas a destacar.
Primero, supongo que ya lo sabréis (no os tomo por tontos, es simplemente que yo me entero la última de todo), hoy en Barcelona hay unos cuantos escritores, me centro en juveniles, que están dispuestos a dejarse los labios sonriendo y diciendo :gracias, muchísimas gracias... Y a reventarse los dedos de firmar libros.
Claudia Gray, Federico Moccia, Javier Ruescas, Albert Espinosa...
Aún no he visto a ninguno, pero esta tarde me pasaré un ratito a vagabundear a ver a quien encuentro.

Segundo punto. Ayer por la noche, terminé de leer Tengo ganas de ti, de Federico Moccia, autor también de A tres metros sobre el cielo, y Perdona si te llamo amor (entre otros).
Con A tres metros sobre el cielo nos enamoramos, y con esta segunda parte...nos volvemos a enamorar, junto al joven Step, que tras viajar dos años a NY, decide que ya está preparado para volver a la bella ciudad de Roma, a vivir de nuevo, a conocer a gente nueva...Y si, conoce a Gin, una chica...¿cómo decirlo? Picara. Si, eso está bien. Bueno, pues Gin, hará que Step vuelva ''a la vida'' después de su primer amor.

Es un libro que, a pesar de la forma de escribir de Moccia, que aún sigue impresionando y que me confunda en algunos momentos, relata a la perfección la visión del mundo a través de los ojos de un adolescente.
La maduración de Step nos conduce por un camino trepidante de pasión, amor, recuerdo, olvido y dolor.
Es un libro que sorprenderá a más de uno, a mi me ha sorprendido.

Bueno, ahí lo dejo.
Por otro lado, y si, lo siento, último, quería nombraros algunos de los libros que probablemente veáis si salís por las calles hoy, y que yo recomiendo.

Delirium, de Lauren Oliver. Echadle un vistazo, a ver si os atrae la idea de un mundo sin amor.


Cazadores de Sombras: Ciudad de los Ángeles Caídos de Cassandra Clare. Aquí tenemos a una de nuestras pelirrojas favoritas, junto a un rubio irritante Jace, que continúa causando problemas junto a los otros cazadores de sombras en la Gran Manzana.


Si tu em dius vine ho deixo tot pero diguem vine, o en castellano, de Albert Espinosa. No os puedo decir gran cosa de este libro, porque no sé de qué va, pero esa es una buena razón para comprarlo y averiguarlo. ¡Adelante!

Bueno, hoy no os puedo decir más. Solo un apunte final para aquellos interesados o curiosos. Mi novela parece que arranca. Después de meses parada en la estación, ha echado vapor y traslada a sus pasajeros a la próxima parada.

20 abril 2011

Inquietudes de la vida



Somos de mundos tan distintos...sin embargo, solo con mirarte recuerdo el único hilo que nos unió y me aferro a él, aunque lo odio con todas mis fuerzas.
En noches como esta, me pregunto si de verdad te quise, si fue amor de verdad o solo el reflejo de este en una lágrima. Creo que no. No te amé. Pero fuiste mucho mas de lo que nunca imaginé en mi vida. Fuiste la esperanza que consiguió que fuera yo misma. Y aunque suene terriblemente paradójico, hiciste que no me perdiera en tu mundo, que no perdiera mi corazón.
Ahora me doy cuenta de que lo que intentaba olvidar con todo mi ser es un esfuerzo hecho en vano, pues los recuerdos permanecerán ahí, como las hojas caídas de los árboles permanecen todo el invierno arrancadas de su tronco, esparcidas por el suelo y ocultas bajo la nieve.
Tu recuerdo seguirá en mi mente siempre, como un pedacito de mi vida, una vida pasada.
Duele. Hiere. No quiero recordarte, no puedo recordarte. Porque el ser humano es egoísta, y sobreprotector. No quiero que me asalten momentos felices a tu lado que sé que no se repetirán, que han tenido una corta vida, y no quiero que se reencarnen.
Pero es imposible, no puedo borrar esos recuerdos de mi mente, no puedo hacer que desaparezcan de mi mente, ni siquiera con una bocanada de aire fresco, con una nueva primavera que haga florecer de nuevo los árboles, me temo.

Así que dejaré que ellos solos vuelen libres, y viviré esperando que otros recuerdos hagan su nido en mi corazón.

09 abril 2011

Arte -Vassili Kandinsky

kandinsky

Cuando miro este cuadro, me viene a la mente la complejidad de algunas cosas. La vida. Líneas rectas trazadas simétricamente, líneas que sabes donde acaban y donde empiezan, lineas que forman el cuadro entre si. Otras, en cambio, irregulares y serpentinas, curvas y matizadas. Y los colores...esos extraños colores que me absorben la mirada, que provocan una sensación extraña en mi.
Sinceramente, me da igual que significado le ha querido dar  Kandinsky a esta pintura, solo me importa lo que me transmite, lo que provoca en mi al contemplarla.

Me siento extraña. En una nube de vapor de colores que sucede entre la realidad y lo que me gustaría que lo fuera. Aunque lo intente, no encuentro la palabra exacta para describir como me siento. Por esa razón he elegido este cuadro, por lo difícil que resulta encontrar algo en él. Yo lo he encontrado. Me he encontrado a mi. En medio de esos colores, y de esas formas dibujadas, estoy yo, buscando un lugar donde poder quedarme y no salir nunca mas. Aunque tengo miedo. Así soy yo, tan..."compleja".

No espero que nadie entienda esto, probablemente cuando lo vuelva a leer no lo entenderé ni yo, pero ahora, mientras escribo, lo entiendo, y no sabéis como me gusta comprenderme.


02 abril 2011

trista pluja





El to grisós del cel ennuvolat em transmetia una sensació d’angoixa i fredor que recorria el meu cos com milers de cables entortolligats els uns amb els altres, però sense cap connexió entre ells. Havia parat de ploure, però m’hauria jugat el que fos que mitja hora després tornarien a caure petites gotetes d’aigua sobre el meu rostre. M’havia deixat el paraigües a l’habitació que compartíem la Samantha y jo.
Vaig mirar al cel, sospirant. No podria quedar-me gaire temps. Vaig enfilar cap a les grans portes de ferro que s’obrien majestuosament davant meu. Els xiprers es balancejaven bruscament d’una banda a l’altra al compàs del fort vent que bufava. El terra pedregós y mullat em va jugar una mala passada y vaig relliscar de cul a terra. La gavardina de color crema que m’havia posat i que tant m’agradava va quedar xopa. Vaig aixecar-me amb penes i treballs, i amb desesperació vaig notar una fredor gelant que recorria els meus peus. Tots els mitjons mullats. Genial. Aquell no era el meu millor dia. ‘’Per això estàs aquí.’’ Em vaig recordar a mi mateixa, i intentant mantenir els peus a terra sense relliscar vaig entrar al sinuós cementiri de Santa Caterina. Eren les cinc i mitja de la tarda, no hi havia ni un ànima. O això em va semblar a mi . Traspassades les reixes de ferro negre, davant meu, hi havia un llarg caminet de pedra enmig de la gespa que l’envoltava. Les tombes de marbre, o de pedra grisa rodejaven el caminet, col·locades sobre la gespa sense cap ordre establert. Una esgarrifança va fer que m’abracés el cos amb els braços mentre caminava envoltada d’ànimes mortes que passaven  la seva llarga eternitat enterrades en aquelles fosses fosques i profundes.
Una ventada de vent va fer que un xiprer es tombés molt aprop meu, i que els cabells foscos com la negra nit se’m arremolinessin a la front . Vaig apartar-los amb la mà tremolosa, y vaig alleugerar el pas. No podia estar gaire lluny. Segons l’Alexandra, que havia estat aquí per l’enterrament del seu tiet, era la tomba que estava mes allunyada de l’entrada, una amb una inscripció gravada en llatí. No m’havia sabut dir que hi posava, però estava segura de que era llatí.

Vaig mirar al meu voltant, pensant en els meus pares. No els havia conegut. No sabia qui eren, com es deien ni on vivien.
Desconeixia si havien mort o encara seguien vius. Tampoc sabia si m’estaven buscant, o després de setze anys s’havien donat per vençuts i s’havien oblidat de la seva filla perduda.
L’única persona que havia conegut i que havia tingut contacte amb ells havia mort, i jo estava caminant cap a la seva tomba.
L’avia me’n havia parlat molt d’ells. Tot i això, a mi em semblaven uns estranys desconeguts. No hi havia cap fotografia. L’avia sempre solia dir-me que m’assemblava molt a la meva mare físicament, però que pensava igual que mon pare.
Però ara això no era important. Si jo estava en un cementiri un divendres a les sis de la tarda en plena tempesta, era perquè havia de trobar la tomba de l’avia Genovieve. Necessitava respostes. Necessitava explicar el que em succeïa en aquells instants a l’avia. L’única persona que sempre m’havia escoltat de debò, mai ho havia fet veure, sempre tenia una estona per escoltar-me i algun consell per oferir-me. L’ultima part seria impossible de resoldre. Mai mes em podria aconsellar, mai més podria dir-me res. Estava morta, per molt mal que em provoqués acceptar aquelles paraules, era l’única forma de poder estar aquí, i seguir caminant. Vaig notar com dels meus ulls verds començaven a caure petits  trossets fins i tous de cristall. Al cap d’uns llargs segons vaig fregar-me els ulls amb l’avantbraç, i al baixar-lo, vaig tenir davant meu el que buscava.
Enmig de totes aquelles tombes amb noms desconeguts per a mi, hi havia l’única tomba que podria haver estat buscant. Vaig saber que era aquela abans de llegir l’ inscripció gravada en el marbre blanc.
Al voltant de la tomba encara hi havia les flors- ara destrossades per la pluja- que havien deixat per l’enterrament al qual jo no havia assistit. Una corona de crisantems blancs i grocs i dos ramillets de roses vermelles, que formaven una composició bella i fúnebre a la vegada.
Vaig mantenir-me a uns metres de la tomba, no em sentia capaç d’acostar-m’hi mes. Aquella desesperació que havia sentit aquelles setmanes es va fer vigent en l’instant en que vaig llegir l’ inscripció on hi posava ‘’mors ianua vitae‘’ Genovieve Florella 1890-2009. El cor se’m va trencar en mil pedaços. L’esforç que havia fet durant els últims dies per mantenir una postura madura i controlable davant els altres, se’n va anar a n’oris en aquell moment. Les llàgrimes van inundar la meva cara, però aquest cop no vaig fer res per eixugar-me-les. Les cames em van fer figues i vaig caure agenollada sobre el terra mullat. No em va importar. Ni tan sols vaig notar que començava a ploure.
Vaig romandre sense moure’m durant no se quant de temps. Em sentia sola. Els records m’assaltaven com punyalades per l’esquena. L’avia i jo passejant pel barri gòtic de Barcelona, l’havia llegint-me un conte a la llum de les flames a la sala d’estar, les dos en la nostra cafeteria preferida parlant del que mes ens agradava i ens unia: els llibres. Record rere record tots van anar apareixent, com si d’una pel·lícula passada a càmera lenta es tractés.